Cuando un amigo se va

Cuando un amigo se va

Padre Sergilson Brandão, vicario parroquial en Vilcashuamán, terminó su trabajo misionero en el Perú y partió al Brasil.

«¡Maravillosa!». De este modo resumió el padre Sergilson su experiencia en el Perú, específicamente en la parroquia Virgen del Carmen de Vilcashuamán, Ayacucho. Hasta allí llegó enviado por sus superiores en febrero de 2017 y desde ese mismo lugar ellos lo llamaron a servir en una nueva tarea, esta vez en Sao Paulo, Brasil.

Religioso palotino de corazón, los años que vivió entre nosotros estuvieron dotados de su alegría, juventud y un espíritu inquebrantable de apostolado en las comunidades más alejadas, adonde llegaba con su camioneta luego de varias horas, las que en ocasiones completaba a pie. Ni el frío, la lluvia o el barro impedían que llevara la presencia de Dios y de la Iglesia a través de la predicación y los sacramentos, así como la atención a los enfermos y a lo más pobres en sus necesidades.

Muy activo en las redes sociales, ha sabido hermanar a las comunidades parroquiales del Brasil donde lo conoce mucha gente, con la de Vilcashuamán. Allí están sus publicaciones que atestiguan su amplia labor pastoral, su cercanía con las personas y también sus buenos consejos. «¡Quisiera congregar un grupo de voluntarios de mi nueva parroquia para que vayan a ‘Vilcas’!», nos decía con ilusión poco antes de dejar el aeropuerto de Lima.

El padre Sergilson nació en Brasil, específicamente en el Maranhão el 15 de julio de 1988 y fue ordenado sacerdote el 16 de julio de 2016. Antes llegar al Perú, trabajó como vicario en la parroquia São Raimundo, en Codó-MA, Brasil.

Le gusta resumir su fe en Cristo y en la Iglesia, a través de una frase: «Él me llamó por su Gracia» (Gal. 1,15).

Hoy su nuevo destino está previsto como párroco, de la parroquia palotina San Juan Bautista en Sao Paulo.

Pueden seguirlo en su Facebook: https://www.facebook.com/sergilson.brandao

(javv)